Historia del vestido negro

¡Hola a todos y bienvenidos un día más al blog!

Hoy vengo con una entrada diferente y creo que muy interesante, al menos a mi me encantó buscar toda la información de una de las prendas que más me gustan de mi armario, los vestidos negros o el famoso «Little black dress».Es una prenda atemporal que todos conocemos y quizás tengamos como fondo de armario, pero, ¿realmente sabemos cuál es la historia de su éxito? Os lo cuento a continuación!

Tan elegante, para ocasiones de etiqueta o informales, el vestido negro es sin duda uno de los grandes iconos de la moda. Mucho antes de la época de Chanel, diseñadora a quien todos atribuimos su origen, la prenda se remonta a la corte de Felipe II, quien servía de inspiración de puertas afuera, impuso una moda universal que todos los países del continente imitaban, vestir «a la española».

Es ese momento cuando se empieza a identificar el negro como el color de la elegancia suprema. Por aquellos tiempos se generó una leyenda negra a nivel internacional para perjudicar a la corte de Felipe II, tratando de identificar el negro que lucía el rey con una sociedad oscurantista, melancólica, sobria y triste, por el estado de ánimo del rey por la muerte de su tercera esposa, pero nada que ver con la realidad.

Hasta la revolución industrial del siglo XIX en la que se consiguió ‘popularizar’ la fabricación de textiles y aparecieron los primeros tintes industriales, el vestido era un bien de lujo. Antes del descubrimiento de América, el negro era un color imposible de mantener de manera duradera en los tejidos por lo que vestirlo era símbolo de riqueza. Con la llegada de los españoles al Nuevo Mundo se descubre el palo de campeche, un árbol que consigue un negro intenso (llamado ala de cuervo ) que se fijaba bien a la ropa.

Los conquistadores ofrecieron como regalo al monarca el palo de campeche y la cochinilla, la cual daba un tinte de color rojo. Fue entonces cuando Felipe II pensó que si imponía esa moda, tendrían que comprarle a él el tinte, por lo que supondría grandes ingresos para la corona.

Felipe II, el hombre que puso de moda el negro en toda Europa

Felipe II decide entonces quedarse con el color negro para su corte y ceder el rojo para la Iglesia, ya que suponía un gran desembolso. Con el rey más importante de la Cristiandad vistiendo de negro, este se convierte en la moda del momento. La elegancia de la sobriedad del tinte en cuestión ayuda además a realzar la belleza de los cuellos de lechuguilla y golilla y sus encajes de bolillos. Además tenía también un uso político, frente a la exuberancia de Enrique VIII en Inglaterra, que gustaba de vestir con vivos colores y adornarse con joyas, se impone la sobriedad española, se empleaba como símbolo de superioridad, de estar por encima del oponente.

El color negro también se relaciona con el vestuario victoriano, en el que se llevaba como señal de luto, siendo la propia reina Victoria quien vistió de negro durante 40 años tras la muerte de su marido, el príncipe Alberto.

Hasta los años 20, el negro no era considerado apropiado para las mujeres, a no ser que éstas estuviesen de luto, debido a que el color negro era el que vestían los sirvientes, ya que era sencillo de lavar, mientras que a las damas de bien se les asignaban los tonos más claros, más difíciles de conseguir y más caros de mantener.

Durante la Belle Époque con la llegada de los vestidos de cintura baja de las flappers, el negro se convirtió en símbolo de liberación y modernidad, redefiniendo con ello cómo vestían y querían vestir las mujeres. Tanto es así que supuso el salto a la fama de Gabrielle «Coco» Chanel, gracias a sus diseños ponibles y sin complicaciones.

El vestido negro de Coco Chanel

En la década de los 20, Grabielle decidió acudir al teatro con uno de sus últimos diseños, un vestido negro que le llegaba por debajo de la rodilla.

Allí, al verse rodeada de mujeres con enormes pamelas y vestidos en toda la paleta de los tonos pastel, se propuso a sí misma fastidiar a todas aquellas señoras con el color negro. Así lo afirmó años después, aunque sin duda ocurrió todo lo contrario.

Su little black dress fue todo un éxito, las mujeres querían liberarse de las ataduras, olvidar los años de la gran guerra y disfrutar de su libertad.

Para el día se escogía de lana, para la noche, en encaje o terciopelo. El efecto del vestido negro era siempre el mismo: hacía a las mujeres parecer elegantes.

El diseño de Chanel, basado en las líneas de un sencillo vestido camisero, tendía a lucir un escote a la caja o de barco y caía suelto, hasta media o pasada la pantorrilla.

Se cree que su «pequeño vestido negro» se inspiró en tres cosas.

En primer lugar, Chanel reconoció la necesidad del duelo de la posguerra, incluso para las mujeres jóvenes, pero pensó que podría ser más elegante que las necesidades tradicionales de las mujeres.

En segundo lugar, quería que las mujeres dejaran de mirar hacia abajo, pisoteadas y destruidas por el dolor, fue entonces cuando recurrió a la ropa formal de hombre; El cuello blanco rígido y los puños almidonados hicieron una elegante declaración de conformidad y superioridad masculinas.

 Todo esto junto al sombrío recuerdo de las monjas, a quienes nunca dejó de odiar por sus hábitos negros y sus cofias blancas, durante su infancia.

En 1926, en el número de octubre de Vogue USA aparece por primera vez un boceto de un Little Black Dress firmado por Coco Chanel.

Christian Dior afirmó años después: «Puedes llevar negro a cualquier hora del día o de la noche, a cualquier edad y en cualquier ocasión. Un vestido negro es la cosa más esencial en el armario de una mujer».

Los LBD más impactantes de la historia de la moda

  • Jean Patou

El diseñador de moda francés Jean Patou también ostenta el mérito de popularizar el modelo del vestido negro a lo largo de la década de los 20.

En la imagen, una modelo posa con uno de sus diseños de encaje asimétrico y unas flores blancas adornando el vestido.

  • Edith Piaf

El cine fue crucial para la popularización del vestido negro. Edith Piaf fue una de las grandes artistas que se rindió al encanto de esta prenda.

En la imagen posa con un diseño camisero en 1940, en el Teatro Bouffes-Parisiens.

  • Lady Di

En los años 80, Diana de Gales solía vestir habitualmente fabulosos diseños negros de cóctel o de noche, si bien sería el vestido “venganza” de 1994 el que causaría mayor sensación.

Un minivestido con un pronunciado escote a lo bardot de Christina Stambolian, que la princesa remató con una impresionante gargantilla de perlas y un zafiro gigante.

  • Givenchy

Audrey Hepburn, en el papel de Holly Golightly de Desayuno con diamantes (1961), enfundada en un vestido negro (quizá el más famosos de todos) firmado por Hubert de Givenchy ha sido una escena que ha quedado para la historia del cine y de la moda.

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